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Redacción Atletimanía
A la secretaría técnica del Atlético de Madrid, sobre todo a Andrea Berta, no le gusta perder el tiempo, de ahí que durante todos los días del año está estudiando posibles incorporaciones, viajando y haciendo cábalas de qué jugadores pueden cuadrar con las exigencias de Simeone.
Curiosamente, el último futbolista que ha saltado a la palestra, según AS, como posible refuerzo colchonero es uno que no necesita muchas cartas de presentación. Este no es otro que Jordi Alba.
El lateral izquierdo catalán es una de las vacas sagradas del FC Barcelona -al igual que lo era Luis Suárez-, pero ahora la entidad de la Ciudad Condal podría prescindir de sus servicios, en busca de una reducción de la masa salarial.
El Atlético, astuto como siempre, quiere pescar en río revuelto, como ya hizo tiempo atrás con El Pistolero, Villa o Sergi, jugadores que dieron un extraordinario resultado con la casaca madrileña.
Así las cosas, la operación no está ni mucho menos encaminada. Jordi, de 32 años, tiene contrato hasta 2024 y percibe una nómina de nueve millones de euros, tres cifras que obligan a los colchoneros a andar con pies de plomo.
No obstante, la idea de reforzar el lateral izquierdo -y más después de la irregular temporada de Renan Lodi-, es una de las prioridades, pero no a cualquier precio. Alba sería un gran regalo para un Simeone al que le encanta su juego, pero los de la osa y el madroño sólo abordarían una operación similar a la de Suárez, con un traspaso irrisorio y una considerable bajada de sueldo, que el futbolista podría ir aumenta en función de objetivos.
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