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Santiago T. Peredo | @STocaPeredo
Si por algo se ha caracterizado la era de Simeone en el Atlético de Madrid ha sido por la solidez defensiva que el técnico implantó desde su llegada. El argentino antepuso el rigor en la zaga antes que en la delantera y los éxitos no tardaron en llegar.
Todo tipo de copas colmaron las vitrinas de la entidad de la osa y el madroño, títulos que se ven muy lejanos a día de hoy, en gran parte por la inexplicable falta de solidez defensiva.
Vulgarmente hablando, la defensa colchonera es un auténtico coladero y el Cholo no da con la tecla. Imprecisiones tácticas, faltas de concentración e incluso errores infantiles han llevado a los rojiblancos a pasar de ser el actual campeón de Liga a tener que disputarse el puesto de Liga de Campeones de cara a la próxima temporada.
No son sensaciones de los expertos ni de los aficionados… la actual zaga madrileña, que se ha visto reforzada en el mercado invernal por Wass y Reinildo, no es estable. Diego Pablo, con la del otro día ante el Levante, a alineado hasta 19 formaciones diferentes en defensa en lo que va de curso, pero no termina de dar con la tecla.
El albiceleste, ducho en las artes defensivas, nunca se había visto en la tesitura de haber encajado 46 goles a estas alturas de campaña (33P) y aún con 16 partidos, como mínimo, por delante.
El peor Atlético de Simeone
Esos barros traen estos lodos. El actual Atlético de Simeone es el peor desde que este cogiera las riendas del club. Los colchoneros acumulan 12 derrotas, una más que en las temporadas 2012-13 y 2014-15 y dos por encima de las 2015-16 y 2016-17, cursos catalogados como los años con más partidos perdidos del Cholismo.
Sin duda, todo un problema que Diego Pablo ha de resolver de manera inmediata si no quiere sumar otra derrota, con su consecuente decepción que deje al Atlético sin ilusión en lo que queda de temporada, en los duelos de octavos de final ante el Manchester United de Cristiano Ronaldo, todo un experto en sacar los colores a la defensa rojiblanca. Papelón el del argentino.