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Almeida reconoció que Futre era su ídolo de infancia y que le dijo a su madre que si moría, esparciera sus cenizas por la banda izquierda del Calderón para que el portugués corriese sobre ellas.

Al escuchar los elogios del alcalde, el mito rojiblanco no pudo contener la emoción. “Estos son palabras mayores, es el político mejor valorado de España y dice esto de mí. Yo soy portugués, carajo, no español… y allí soy un ídolo“, declaró entre lágrimas.