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Santiago T. Peredo | @STocaPeredo
Que Luis Suárez no es el mismo de la temporada pasada, es un hecho. El Pistolero ya no es aquel que llegó de Barcelona con ganas de comerse a todos sus críticos, y que lo hizo alzando la undécima Liga de la historia del Atlético.
El Charrúa, pese a llevar 11 goles y tres asistencias en 34 partidos, está dejando la sensación de que su tiempo en la entidad de la osa y el madroño está llegando a su fin.
Lento, con menos fondo y más estéril en los metros finales que nunca, ha sido legado al banquillo por Simeone, que tiene intención de dosificar el esfuerzo de un uruguayo que no acepta de buen agrado esta nueva condición.

No obstante, pese al enfado, lo cierto es que cuando entra al terreno de juego, es una sombra del jugador que fue. Suárez ha iniciado 12 duelos (8 Liga, 2 Champions, 1 Copa y 1 Supercopa) desde el banquillo y en ninguno de ellos ha conseguido aportar nada, ni goles ni asistencias…
Un dato totalmente revelador que le ha llevado, incluso, a no disputar un sólo minuto ante el Manchester United, en lo que es, hasta ahora, el choque más importante del Atlético en lo que va de campaña.
Una renovación difícil
Luis termina contrato al final del presente curso y el Atlético aún no se ha pronunciado sobre una posible renovación. El futbolista de 35 años ha dado mucho a la entidad de la osa y el madroño, pero desde que aterrizó en Madrid, ambas partes sabían que sería una relación corta e intensa.
Así mismo, el Pistolero, principal activo de la pasada Liga, pase lo que pase, pasará a la historia del club colchonero, renueve o no en lo que queda de temporada…
Una empresa difícil, teniendo en cuenta su nuevo rol y los muchos equipos que llaman a sus puertas, equipos con objetivos menos exigentes que un Atlético en el que ya no tiene nada que demostrar.